martes, 8 de abril de 2014

CORRER DE METATARSO

La mayoría de los corredores populares corren impactando primero con el talón, esto produce un pico de impacto en el suelo de manera súbita, seguido de una fase de amortiguación larga, necesariamente pisando apoyando por delante de la vertical de la cadera, esto supone un freno al avance mayor, más tiempo total de apoyo haciendo una cadencia de pasos menor.
La carga sobre los huesos del pie en el contacto inicial es generalmente el doble del peso corporal, recayendo sobre la almohadilla del talón, siendo una superficie de laboratorio y en asfalto este impacto puede llegar hasta 6 veces el peso corporal.

Pero si corremos de metatarso o con la planta del pie entera, no hay un impacto brusco inicial, ya que se carga de forma efectiva y no de forma impactante, además el pico máximo de impacto no es mayor, siendo incluso menor. El impacto se produce mucho más gradual y su pico está en la fase de mayor superficie de apoyo, con todo el cuerpo ya encima del pie.



Correr de metatarso permite un apoyo más atrasado respecto a la vertical de la cadera en el primer contacto, la cual favorece el mantenimiento de la velocidad, las sensaciones son de que las piernas envuelven, (suelo, glúteo, lanzado, suelo) provocando menor cadencia y sintiendo un impacto más breve al haber menos tiempo de contacto y la fuerza se realiza en menos tiempo.
Si observamos a los corredores de élite, incluso en su momento de fatiga no impactan primero con el talón, sino con toda la planta o en tal caso con mayor presión en el metatarso, siendo uno de estos los factores que les permite mantener su rendimiento y menor número de lesiones.

Una buena pisada evita lesiones y sobrecargas en la carrera.

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